GIBARA

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Gibara es una pequeña ciudad ubicada en la costa norte del oriente de la República de Cuba. La Villa Blanca como también se le conoce, es cabecera del municipio del mismo nombre, perteneciente a la Provincia de Holguín.

Fundada el 16 de enero de 1817, Gibara, proviene del vocablo aborigen Jibá. La pequeña urbe posee una rica historia y cultura propia acorde al linaje de su fundación y un hermoso y exuberante paisaje, bellos sitios arquitectónicos y un trazado perfecto de sus casas, calles y parques, pero la mayor riqueza según los visitantes es su gente, cooperativa, humana, cariñosa y un poco ególatra, orgullosa de su villa y de su historia.

La Villa Blanca aunque pequeña, posee un encanto peculiar, el contraste de un patrimonio arquitectónico atesorado por casi dos siglos, sus exuberantes paisajes, y el sentido de pertenencia y las raíces culturales de su gente, hace que todo aquel que la visita quede prendado de ella y se vea obligado a regresar una y otra vez a esta tierra, que al decir del almirante Cristóbal Colón «es la tierra más hermosa que ojos humanos vieron».

Actualmente existe una polémica acerca de si fue la Bahía de Gibara o la de Bariay la que dio abrigo a las naves del Almirante Cristóbal Colón en su primer viaje a Cuba.

El 27 de octubre de 1492, el Almirante Cristóbal Colón avistó tierra cubana, según los estudiosos, era la montaña conocida hoy como “Silla de Gibara”. El día 28 de octubre, el Almirante tocó tierra en la Bahía de Bariay, y en la mañana del 29 de octubre de 1492, las naves del Almirante anclaron en la Bahía de Gibara, a la cual Colón llamó “Río de Mares”. El 30 de octubre, las naves partieron de la bahía, pero el 31 tuvieron que regresar a puerto seguro, debido a un mal tiempo. Estuvieron en “Río de Mares” 12 días, en los que se relacionaron con los aborígenes que vivían en la zona, conocieron del uso que les daban al tabaco, de los cultivos de los cuales se alimentaban. El 12 de noviembre de 1492, las naves de Cristóbal Colón salieron de “Río de Mares” llevando consigo un grupo de aborígenes que fueron capturados para ser llevados ante los Reyes.

Las tierras gibareñas, habitadas por una población aborigen relativamente numerosa, fueron casi totalmente despobladas en los inicios de la conquista.

Iniciada la dominación española, Gibara quedó bajo la Jurisdicción de la Villa de Bayamo. El Poblamiento de la región se produjo lentamente, a lo largo de tres siglos. En 1752 se creó la Jurisdicción de Holguín, de la cual Gibara pasó a formar parte. La Bahía de Gibara y el Río Cacoyugüín fueron usados para el comercio desde temprana fecha, unas veces para el contrabando, otras bajo autorizaciones, pero siempre bajo el peligro de un ataque pirata.

En 1804 las tierras gibareñas quedaron bajo la jurisdicción de la Capitanía Pedánea de Auras. Desde 1873, el cabildo holguinero solicitó la construcción de una fortificación en la Bahía de Gibara. El 16 de enero de 1817, bajo una solemne ceremonia, se colocó en Punta de Yarey, a las orillas de la Bahía, la primera piedra de la fortificación; esta fecha ha sido considerada siempre como la fecha de fundación de Gibara.

En 1821, el poblado se componía por 21 casas. En 1822 se fundó el puerto de Gibara, como de tercera categoría, lo que trajo un creciente desarrollo de la villa, a la cual se trasladan vecinos de las poblaciones vecinas. Es precisamente este esplendor económico que alcanza, el que hace de Gibara la segunda ciudad amurallada de Cuba, se hizo necesaria la construcción de fortificaciones militares para la protección de la villa de los ataques de corsarios y piratas. Es en medio de este esplendor que se construyen importantes edificaciones que aun hoy hacen que aquel que la visite no pueda olvidarla.

En 1823 entra en funciones el primer ayuntamiento de Gibara, poco después fue suprimida la capitanía de Auras. En 1824, debido a la caída del gobierno liberal en España, fue suprimido el Ayuntamiento de Gibara.

En 1853 fue inaugurada la Iglesia Parroquial de San Fulgencio, lo que fija, según criterios de algunos entendidos, un hito en los estilos arquitectónicos predominantes en Gibara hasta ese momento.

En 1862 Gibara era una población cosmopolita, habitada por gran número de canarios, de españoles, por otros europeos y por personas procedentes de distintos países de América y tierras de África. Su partido pedáneo era el más rico y próspero de la jurisdicción holguinera. El censo de ese año refleja la existencia de 1 754 habitantes.

Iniciada la guerra de 1868 muchos elementos afines a España de la vasta región holguinera se mudaron para Gibara buscando el amparo del sistema defensivo creado por los españoles en esta población. El número de habitantes y la riqueza arquitectónica de Gibara crecieron notablemente durante la guerra, logrando en esta etapa la secesión de Holguín con la creación de un Ayuntamiento propio. El crecimiento del núcleo urbano y sus alrededores inmediatos (Cupeycillos, Los Hoyos, Los Altos y Las Aguadas) fue tan notable, que al realizarse el censo de 1877 ya alcanzaban la cifra de 7 599 habitantes. La villa de Gibara fue un baluarte inexpugnable del poderío hispano durante esta contienda. Luego de la Guerra Grande, la población del distrito gibareño siguió creciendo notablemente, hasta llegar a una media de 81 habitantes por kilómetro cuadrado, la más alta de la región oriental, incluida el distrito de Santiago de Cuba.

El 4 de abril de 1893 llega el ferrocarril a Gibara, que para entonces cubría la ruta Holguín–Gibara, lo cual abrió aún más el comercio y las comunicaciones con el resto del Oriente de la Isla. Al realizarse el censo de 1899 la población urbana de la ciudad de Gibara superaba en varios centenares de habitantes a la ciudad de Holguín.

Sus más importantes ríos el Cacoyugüin, Gibara y Yabazón exportaban madera de cedro y caoba, también azúcar y cultivaba tabaco, maíz, plátano, tenía cría de ganado vacuno, de cerdo y caballar y explotaba el carey vendiendo sus preciadas conchas.